QUESOS FRANCESES: UN CAPRICE DE DIEUX

En estas últimas semanas sin salir, prácticamente de casa, hemos podido hacer un pequeño recorrido por algunos lugares donde no ha faltado una importante mención al vino y a uno de los productos que mejor maridan con él, el QUESO. 
Es por ello que creo que será un apetitoso placer haceros partícipes del sabor de algunos de los distintos quesos que hemos citado en los diferentes artículos que he publicado en el último mes y sugiriendo a su vez un vino, permitiendo así conseguir  la combinación ideal.

Empezaremos, en éste primer artículo del apartado "quesos", por los de nuestro país vecino, FRANCIA, uno de los grandes productores en el mundo y seña identificativa de su gastronomía, ya que el queso es un elemento presente en cualquier de las comidas, ya sea como entrante, complemento de un delicioso plato o incluso como postre.

La extensa variedad (vaca,oveja,cabra,curado,semicurados, frescos, azules,..) permite a los franceses jactarse de poder saborear y disfrutar de un queso distinto cada uno de los 365 días del año. Sin embargo, entre tanta diversidad surge el conflicto de opiniones entre críticos y consumidores por decidir cuál o cuáles merecen ocupar los puestos de mejores quesos franceses.
Pero no vamos a entrar a discutir sobre ello, ya que mi interés, y creo que en opinión de muchos, es poder disfrutar del excelente sabor de un buen queso en compañía de un espléndido vino u otra bebida que combine de la mejor manera.

Todos somos conocedores de quesos como el Camembert o el Brie, ambos procedentes del Norte  de Francia y que podemos adquirir en cualquier comercio o grandes superficies, ya que se encuentra al alcance de todos, o como el Roquefort, el queso azul más popular y que se elabora en la región de Midi-Pyrénées, o Pirineos centrales. Sin embargo, merece la pena hacer mención y recomendar otras variedades, igual de apetecibles como el Brie de Melun, Fleur de Maquis, Rocamadour, Brebille o Le Pic de Figuettes, entre otros y que os participo a poder degustarlos disfrutando de su espléndido sabor, nos vemos en el próximo artículo.

BRIE DE MELUN

De fabricación artesanal, es uno de los presentes en toda tabla de quesos que se preste. Se elabora con leche de vaca, principalmente en granjas artesanales o pequeñas queserias que siguen los procesos de tradicionales establecidos por la Denominación de Origen (D.O.).
Es un queso de corteza blanca y blanda de intenso sabor y persistente olor.
Salado, se trata de un queso que podríamos degustar en compañía de un vino dulce, si queremos probar con un contraste de sabores, dulce-salado, como podría ser un vino de vendímia tardía o un vino de hielo, golosos, o bien, si lo que queremos es aromas y sabores intensos, combina bien con un vino Cabernet Sauvignon.

FLEUR DE MAQUIS

Su nombre se debe al maquis, un arbusto que abunda en las zonas montañosas de Córcega, donde se elabora con la leche de las ovejas que pastan por las montañas.
De corteza cubierta por diferentes hierbas como el tomillo o el romero entre otros, la primera impresión es la de un queso tosco y sucio, como si el trozo de queso se nos hubiese caído al suelo durante un paseo por  la  montaña y tuviéramos que limpiarlo soplando sobre él para poder eliminar las hojas o las hierbas que se han adherido. Sin embargo, esta imagen desaparece cuando al cortarlo se desvela una pasta blanca y untuosa de característico aroma y sabor, ya que al degustarlo podemos apreciar un cierto regusto a frutos secos procedentes de la tierra, además del gusto a hierbas aromáticas con el que está recubierto.
La combinación con vino tinto noble, afrutado y de suaves taninos como pueden ser vinos jóvenes, un Ribera del Duero o Bierzo.

ROCAMADOUR

Elaborado con queso de cabra, recibe su nombre de la localidad situada en la región de Midi-Pyreneés, al este de la también conocida ciudad de Burdeos.
Se trata de un queso áspero y cremoso en el que el sabor a crema se hace mas perceptible cuanto más joven se deguste, ya que tiene un proceso de maduración de 10 a 15 días, siendo su textura y aromas a mantequilla, como a algunos frutos como la avellana, más sutiles cuanto más tiempo de maduración transcurre.
De corteza delicada y color blanco o crema, la mejor época para disfrutar de su sabor es de marzo a noviembre, después de su maduración, y es un buen alimento para ser acompañado de un vino tinto equilibrado a ciertos aromas a frutas rojas y sutiles especies (p.ej. Vino de Cahors o un Rioja) o un  blanco seco.

LE PIC FIGUETTES

Pequeño queso elaborado con leche cruda de cabra, es uno de los pocos quesos que no tienen Denominación de Origen Controlada (DOC), como ocurre con el Brie de Melun, el Fleur de Maquis o el Rocamadour. De pasta blanca, puede degustarse a los 12 días de su fabricación.
Lo mas característico de este queso o mini queso, dado que se ofrece al consumidor, preferentemente en pequeñas porciones, es que viene condimentado con especies como el comino, pimentón, hierbas provenzales o incluso ceniza, lo que le otorga un sabor particular.
La mejor combinación al igual que sucede con el Rocamadour, podemos combinarlo con un vino equilibrado como un Rioja, sugiriendo una novedad como un LUBERRI Joven.






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